Los dientes son la única parte del cuerpo humano que no se reparan por sí mismos. Lo que vemos del diente es el esmalte (“marfil”). Éste es el tejido más duro y mineralizado de todo el cuerpo. El esmalte es una estructura inorgánica y, por lo tanto, no duele. Su función principal es ser una barrera protectora para las estructuras internas del diente y permitir la masticación.
¿Qué es la caries dental?
Es una infección del diente. Es una enfermedad bacteriana que destruye las estructuras dentales por una serie de microbios que viven en nuestra boca.
La caries es la enfermedad crónica infantil más común. Su frecuencia es cinco veces mayor que la del asma y siete veces más que la de la rinitis alérgica; dos enfermedades que lideran la patologías pediátrica.
Aún así, es una enfermedad prevenible si se conocen las medidas para evitarla. La caries es un problema serioso que puede tener graves repercusiones en la salud general del niño, como dolor intenso, hopitalizaciones, visitas de urgencia, disminución del desarrollo físico y disminución en la capacidad de aprendizaje.
¿Por qué está causada?
Por la combinación de diferentes factores como, las bacterias que producen ácido, los dientes susceptibles, los hidratos de carbono fermentables (como la leche o los dulces), el tiempo (la frecuencia de exposición de los dientes a los ácidos) y la higiene oral.
¿Qué hábitos la provocan?
Como ya hemos dicho para su aparición deben confluir diferentes aspectos. Pero el principal factor para que se produzca la caries es una higiene oral incorrecta.
Un medio oral ácido favorecerá la enfermedad, por lo tanto se debe evitar todo aquello que lo produzca (chuches, refrescos, pan de molde, bollería…). La dieta del niño debe ser variada. La fruta, por ejemplo, es muy buena porque tiene fibra y actúa limpiando.
¿Cuándo puede aparecer?
Desde el mismo instante en que aparezca un diente en boca. Por lo que es importante empezar con la higiene oral desde la aparición del primer diente (alrededor de los 6 meses de edad).
La Sociedad Española de Odontopediatría aconseja que la primera visita al odontopediatra sea durante el primer año de vida e, incluso, durante el último trimestre del embarazo.
¿Es contagiosa?
Sí. Los niños nacen con la boca estéril y ésta, poco a poco, se invade de gérmenes. Los “bichos” que provocan la caries son adquiridos. Por lo tanto, no tiene que ver que los adultos tengan caries o no, tal y como, erróneamente, se ha creído siempre. La caries NO es hereditaria si no que es infecciosa. Se hereda la forma de la boca, de las arcadas, de los dientes, los factores protectores del individuo…pero los microbios necesarios para que se produzca la caries son transferidos, no se nace con ellos. Simplemente el intercambio de saliva podrá pasar estos “bichos” a la boca del niño.
¿Duele?
Si la caries afecta sólo al esmalte no hay dolor. Si ésta se extiendo a otros tejidos del interior del diente (la dentina) la ingesta de dulces y de bebidas frías o calientes provoca dolor.
¿Cómo se reconoce?
La caries debe ser diagnosticada por el dentista y, en el caso de los niños, por el odontopediatra mediante las revisiones periódicas. La primera señal del proceso carioso es un cambio de color en el diente que se vuelve blanquecino y sin brillo. Por tanto, suele ser tarde si los padres son los que la observan porque el proceso de cavitación ya se ha iniciado.
¿Puede afectar al diente definitivo?
Cualquier infección en el diente temporal que progrese por la raíz creará una bolsa de pus que afectará al diente permanente. A veces los dientes definitivos salen con malformaciones, manchas o lesiones secundarias a la infección que tuvo el diente de leche en su día y no se trató de forma adecuada.
Debido a la falta de información, muchos padres piensan que no hay que preocuparse demasiado por los dientes de “leche”, puesto que se van a caer algún día. Y esto es un gran error que puede ocasionar una serie de complicaciones futuras.
Los dientes temporales son igual de importantes que los permanentes pues le sirven al niño para:
Masticar y alimentarse correctamente. Por lo tanto, para crecer adecuadamente
Hablar y pronunciar correctamente
Dar una imagen de armonía facial
Mantener el espacio para los futuros dientes permanentes
Hay que llevar a los niños al especialista, odontopediatría, cada 6 meses para revisar los dientes y poder prevenir posibles enfermedades en la cavidad oral.
¿Cómo se trata?
Primero hay que distinguir entre diente de “leche” o diente permanente, pues en función de la patología el tratamiento puede ser diferente.
Si la caries no afecta al tejido nervioso, el diente se empasta.
Si la lesión llega a nervio en un diente temporal el tratamiento del nervio es diferente a las endodoncias realizadas en dientes definitivos.
Si la caries ha provocado un agujero grande en el diente se aplican unas coronitas metálicas muy prácticas cuya función es mantener el espacio y permitir que el niño pueda realizar una correcta masticación. Son poco estéticas pero poco nos debería importar ya que es un tratamiento muy eficaz y ayuda a una correcta erupción del diente permanente que saldrá más adelante.
Solo se debe extraer el diente cuando ya no hay más remedio. En estos casos, puede ser necesaria la colocación de un mantenedor de espacio para evitar que se pierda el espacio donde irá ubicado el diente permanente.
¿Qué medidas de prevención son aconsejables?
Hasta el primer año de vida, basta con limpiar los dientes con una gasa mojada en agua. A partir de los dos años se debe introducir el cepillo adecuado para esa edad.
La pasta dental se debe introducir una vez el niño haya aprendido a escupir.
La higiene bucal infantil es responsabilidad de un adulto, al menos hasta que el niño tenga la habilidad motora adecuada para efectuar este procedimiento, alrededor de los 5 años.
Se considera que el niño es autónomo a partir de los 8-10 años y, es a partir de este momento hasta la adolescencia, cuando es recomendable la supervisión por un adulto del cepillado nocturno.
La fluorización, bajo el control del odontopediatra, es uno de los remedios más eficaces para luchar contra la caries.
IMPORTANCIA DE LA VISITA AL ODONTOPEDIATRA
Todo niño debe visitar al odontopediatra tras la erupción de los primeros dientes. En esta primera visita se determinará el riesgo de caries, se ofrecerá a los padres una orientación temprana, se elaborará un programa preventivo individualizado y la necesidad de fluorizaciones clínicas de acuerdo con el riesgo. Todo ello con el fin de lograr una salud bucal óptima desde la infancia.