En la mayoría de casos, el mal aliento tiene su origen en la boca. Por ello, mantener una higiene bucal es fundamental para prevenir la halitosis. La boca contiene bacterias que descomponen los restos alimenticios.
Este proceso de descomposición genera gases de mal olor, conocidos como compuestos volátiles de azufre. Para prevenir o tratar la halitosis, la higiene bucal es de máxima importancia, entendiendo esta como el cepillado dental, junto con la higiene interdental diaria y locutorio, para alcanzar las zonas que no son accesibles con el cepillo.
Dejar de fumar, no beber alcohol y limitar el consumo de alimentos que favorecen al mal aliento, como el ajo y la cebolla, son los principales factores de riesgo evitables.
Si la halitosis se resiste a desaparecer, podemos hacer uso de algunos remedios para ayudar a mantener el olor a raya. Siempre y cuando lo combinemos con una higiene bucal adecuada.
· Después de cada comida, masticar un trozo de limón con cáscara durante dos minutos.
· Tomar de vez en cuando caramelos o chicles de menta sin azúcar.
· No permanecer mucho tiempo sin ingerir algún alimento; entre comidas, comer una manzana o zanahoria.
· Preparar una infusión, hirviendo durante 10 minutos una cucharada de hierbabuena en una taza de agua. Tomarla después de comer.
· Al cepillar los dientes, no olvidar las encías y la lengua. Reemplazar el cepillo con asiduidad.
· Hervir varias ramitas de perejil con dos o tres clavos enteros, en dos tazas de agua. Revolver la mezcla mientras se enfría, colarla y emplear el líquido para enjuagar la boca varias veces al día.
· Mascar unas ramas de apio de vez en cuando; el apio refresca la boca y combate el mal aliento.
· Existen muchas hierbas cuyas propiedades aromáticas las hacen idóneas para evitar la halitosis como el perejil, la menta, el eucalipto, el tomillo, la salvia o el romero. Puede servirse de infusiones hirviéndolas durante 15 minutos o mascar directamente algunas hojas.
· Si el mal aliento se debe a problemas digestivos, pueden emplear semillas de cardamomo (masticarlas lentamente después de la comida limpia la boca y elimina el mal olor de otros alimentos) o infusiones de hierbas digestivas como el hinojo, poleo, el anís o la manzanilla.
Si sufre de gingivitis o periodontitis, su boca contiene una cantidad adicional de bacterias que contribuyen al mal aliento. En estos casos, es necesario un tratamiento profesional de la enfermedad en cuestión para curar el mal aliento.