La ortodoncia es la disciplina de la odontología encargada de estudiar, prevenir y tratar los trastornos en el desarrollo de los maxilares y las arcadas dentarias. El objetivo es funcional garantizando una correcta relación esqueletal y dental, no es sólo mover dientes, se trata de conseguir un equilibrio musculoesquelético que se continúe a través de las articulaciones temporomandibulares y los ligamentos al cuello, espalda y resto del cuerpo.

 

La edad de inicio del tratamiento debe ser en cuanto se detecta la anomalía, el diagnóstico precoz es, como en cualquier patología, la clave del éxito. Por eso se debe hacer chequeo desde el recién nacido, pues el desarrollo se inicia desde el primer momento que empieza la función de la boca…y no de los dientes. El tratamiento temprano se adecua a la edad del paciente, y se basará en conceptos de RNO:

  • Aparatología funcional: fija o removible, de resina con aditamentos según el diseño a propósito del caso.
  • Control de hábitos y posturas: amamantamiento, succión digital, de chupete, succión prolongada, deglución atípica, respiración oral, dieta blanda y poco consistente, posturas…
  • Tratamientos interceptivos: corrección de alteraciones incipientes.
  • Pistas directas: superficies de resina creadas sobre determinados dientes.

Los primeros dientes aparecen a los 6 meses de vida aproximadamente, hasta los 3 años que se completará la dentición temporal. A partir de los 6 años erupcionan los primeros molares definitivos, en ese momento ya deberíamos haber tratado cualquier anomalía estructural para garantizar que la relación entre el molar maxilar y el mandibular sea la correcta, pues a partir de ahí se distribuirán los demás dientes, según el espacio que les quede.

El tamaño de los dientes definitivos es mayor que el de los temporales, es, por ello primordial, mantener el espacio de deriva o reserva mediante mantenedores de espacio en los casos de pérdida prematura de dientes, y se deben conservar los dientes temporales y definitivos totalmente reconstruidos para no perder este espacio, que más tarde será necesario para que quepan todos los dientes. Hasta los 13 años aproximadamente tenemos una dentición mixta, a partir de entonces tenemos la dentición definitiva. Aunque los dientes ya han erupcionado podemos continuar trabajando desde la función y no ceñirnos solamente a la colocación de brackets, que moverán los dientes, pero no solventaran la totalidad de la patología. Sabiendo que trabajamos sobre personas, capaces de colaborar, de entender y de corregir los hábitos nocivos que los llevan a la malposición de sus dientes, trabajaremos con aparatología funcional y corrección de hábitos.

Solamente de esa manera podremos garantizar, en el tiempo, nuestros resultados. Pues un trabajo forzado, sin haber detectado y corregido su origen nos conduce irremediablemente a la situación inicial. Confluye de nuevo la ortodoncia y la RNO de manera inevitable. Hay que tener en cuenta que la cronología en la erupción dental es solamente aproximada, cada paciente lleva su ritmo según diferentes factores, será la odontóloga quien detecte si hay patología y su tratamiento.

 

Aunque pueda parecer sencillo, la ortodoncia estudia a cada paciente rigurosamente, basándonos en unos parámetros de “normalidad”, no son criterios estéticos, son funcionales, aunque comportan mejoras en la estética del paciente. Para ello se realizan fotografías, escaneado y radiografías y anamnesis, lo llamamos estudio de ortodoncia y RNO.

Los adultos pueden también corregir sus problemas de posición dental, la orientación del tratamiento es distinta ya que no hay crecimiento y tendrá unas limitaciones mayores.

Aparatología capaz de variar las fuerzas musculares masticatorias y faciales, produciendo cambios a nivel estructural. Basados en el principio “la función hace el órgano”, esa adaptación funcional es la base del tratamiento. Requiere colaboración por parte del paciente, y los resultados son muy predecibles. Pueden agregarse aditamentos según el diseño y el objetivo a alcanzar.
Se trata de aditamentos que se apoyan en alguna parte de la cabeza para conseguir inhibir o potenciar el desarrollo de maxilar superior o inferior. Se acompañan de la ortodoncia funcional.
Aparatos fijos, que son capaces de ajustar con precisión la colocación de los dientes. Corrigen malposiciones, rotaciones, apiñamientos, cierres de espacio y alteraciones en plano vertical, horizontal y sagital de cada diente. Se acompañan por el uso de elásticos intraorales, que se deben utilizar un mínimo de horas al día para conseguir los objetivos de la aparatología. Solamente se utilizarán una vez finalizado el tratamiento funcional y se agoten las posibilidades de corrección “natural”, o haber conseguido una relación intermaxilar correcta mediante ortopedia funcional. Existen diferentes tipos de brackets estéticos de zafiro, son transparentes y muy higiénicos. Brackets autoligables carrière, muy preciso, higiénico, perfectamente diseñado para ser biocompatible en sus movimientos, eliminando cualquier fricción, y consiguiendo resultados en cortos periodos de tiempo. Bracket convencional, se ligan al arco mediante elásticos, son la opción más económica, el tratamiento es más largo y la higiene es más complicada.
Es una técnica que se utiliza para inmovilizar de forma parcial una articulación y se utiliza principalmente en lesiones tendinosas, musculares y ligamentosas. Es parcial, porque limita de forma selectiva los movimientos donde aparece el dolor o hacia donde empeora la lesión, pero por el contrario permite el resto de movimientos. Este tipo de vendaje es de mucha utilidad en el deporte (esguinces…) y es muy eficaz para prevenir la aparición de lesiones. Este vendaje evita los efectos secundarios de una inmovilidad completa como pueden ser la pérdida de masa muscular, la rigidez articular, la pérdida de amplitud de movimiento en la articulación, problemas circulatorios, etc.
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